martes, 6 de diciembre de 2011

El colapso de la realidad

Los seres humanos contamos, al menos inconscientemente, con una especie de modelo de la realidad que nos permite manejarnos por la vida. Parte de este modelo contiene quiénes creemos ser, qué rasgos componen nuestra personalidad, cómo son las personas que nos rodean, cuáles son nuestras posibilidades y, sobre todo, cuáles son nuestras limitaciones. El conocimiento de todos estos parámetros nos permite, principalmente, hacer predicciones sobre los resultados de nuestras acciones y de las de los demás y, en general, aporta a nuestras vidas la sensación de estabilidad que tan activamente buscamos. Cada vez que una experiencia vital no puede ser explicada por nuestro modelo de realidad y no somos capaces de ignorarla, sucede lo que los norteamericanos llaman un “reality check”, es decir, una revisión del modelo que permita explicar y asimilar lo que acaba de suceder. A lo largo de la vida de la persona, este modelo se va actualizando para mantenerse al día, incorporando las nuevas experiencias.

El ser humano trata de aproximarse al placer y de alejarse del dolor, lo que termina definiendo lo que se denomina una “zona de confort”. Esta es una parte de la vida en la que las fronteras de nuestro comportamiento diario vienen definidas por el miedo. En la mayor parte de los casos, el miedo es simplemente miedo a lo desconocido, pero sigue siendo efectivo para mantenernos en una zona de nuestra personalidad que nos permite seguir vivos y calientes sin complicarnos demasiado la vida. La mayor parte de nosotros sabemos que existe una vida mejor, pero muy pocos estamos dispuestos a adentrarnos en terrenos pantanosos para ir a buscarla. El miedo genera una inercia que tiende a convertir los días en cotidianos y seguros.

J.Malonda

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Lo famosos también mueren

Parece que últimamente la gente se muere. Será que el día acorta y que hace frío, pero parece como que la casca más gente. Aunque esto no deja de ser más que un detalle curioso, no deja de tener su gracia.

Curiosa es también la manera en que hablamos de la muerte. En vez de decir que fulanito la ha palmado, la espichó, ha estirado la pata, se ha ido al otro barrio o ha dejado de fumar, decimos que ha fallecido. Al menos eso se dice en los círculos del fiambre. Una muestra más de lo hipócrita del lenguaje social. Con lo bien que queda decir que “se ha muerto” o, sobre todo en accidentes de tráfico que tanto se llevan ahora, “se ha matado”. Después de todo, en estos últimos casos, a menudo hace falta la intervención directa y decidida del fallecido. “Se ha matado; se dio una hostia que no veas” se dice fuera de los círculos más íntimos. “Hay que ver”, contesta el otro.

En fin, tampoco eso tiene mayor importancia. Decía algún escritor de esos que las vidas son ríos que desembocan en el mar. Así dicho por mi como que tiene menos gracia, probablemente por el hecho de que no recuerdo si se trataba de uno de la generación del 70 o de la otra, o de si era uno de esos románticos que terminó volándose la tapa de los sesos porque los tiempos siempre han sido complicados para los románticos. En todo caso decía algo así que las vidas son ríos que terminan en el mar, y que el mar es el mismo para todos. Vamos, que la muerte iguala a todos, a los ricos y a los pobres, a los grandes y a los pequeños.

Como frase ingeniosa no estaría mal, pero el mundo nos recuerda que los pobres son miserables incluso en su muerte. No ya por el hecho de que el rico descansará en "El Parque de la Paz" con vistas al valle, y tendrá cámara en el interior del ataúd por si le da por levantarse a mear mientras que el pobre se pudrirá debajo de un puente, sino por la repercusión social que uno y otro tendrán. Los ricos y poderosos podrán tener grandes esquelas y amplios ataúdes con pista de tenis, pero no tendrán mi compasión. No rogaré por su santa alma ni me impresionará que haya recibido hasta el último de los sacramentos. Para mí será un fiambre más, como todos.

Y es que algunos la palman a lo grande. Abres el periódico por la página de las esquelas y puedes saber de cuánta pasta gozaba el fulano que ha pasado al otro barrio. Una esquela pequeñita: normal, clase media. Varias esquelas y una a toda página: pasta por un tubo y varias empresas detrás. “La plantilla de trabajadores de Perry S.A. acompaña a la familia en este trance tan desagradable”. Sí, y una mierda. Los habrá que sí y los habrá que no. Más de uno estará bailando de contento, extremo que tampoco aplaudo pero que ilustra que de todo hay en las viñetas del señor.

También se puede ver algo parecido en la tele cuando la palma algún grande. Quizá un escritor, un cantante, un jefe de estado… Oh, qué gran pérdida, cómo tenemos que llorar todos hoy porque fulanito, con quien jamás he cruzado una palabra en mi vida, ha dejado de fumar. ¿Lloraría él mi muerte si yo la palmara? Pues no. Y será una gran pérdida para la humanidad, pero oiga, yo me tengo que seguir levantando mañana; y le aseguro que conozco a más personas que también serán en su día una gran pérdida para la humanidad, así que voy a ir ahorrando llantos.

Un gran ejemplo de lo que quiero decir se puede ver en la película de Amèlie. Amèlie está buena y además dice lo que piensa, así que tiene todos los papeles para caerme bien. El caso es que en una de las escenas se acerca a comprar el periódico y resulta que en las portadas de todas las revistas viene la muerte de Lady Di a todo color. La quiosquera dice: “Qué lástima, con lo joven y guapa que era” (o algo así). Amèlie le contesta: “¿Qué quiere decir, que si hubiera sido vieja y fea hubiera sido menos grave?”. Vamos, que la gente tiene una forma extraña de ponderar las pérdidas.

“¡Ha muerto Camarón!”, “¡Ha fallecido Freddy Mercury!”, “¡Antonio Flores!”. Pues muy bien, y de postre natillas.

Lo mejor de todo es que siempre los fallecidos eran “bellísimas personas”, muy amigos de sus amigos, auténticos dechados de virtudes. Y más virtuoso es el fallecido cuanto más caliente está el cadáver. Nunca la palman cabrones para el regocijo de la sociedad. Hasta en eso somos desgraciados los que nos quedamos.

De ahí la famosa expresión:

He oído hablar tan bien de ti que creía que estabas muerto.

martes, 22 de noviembre de 2011

Un mal negocio

El aumento del independentismo en Catalunya no es casual ni responde a circunstancias difíciles de explicar.
Si dejamos las razones identitarias a un lado y nos centramos en el día a día, ¿quién puede defender el expolio que padecen todos los catalanes, independientemente de si se sienten españoles o catalanes?

¿Quién puede defender que España robe a Catalunya 60 millones de euros al día a partir del déficit fiscal?

¿Quién puede defender que los estudiantes catalanes reciban sólo el 5% de todas las becas del estado y los estudiantes de Madrid reciban el58%?

¿Quién no querría ver aumentada la renta per cápita anual de los catalanes en unos 2.400€ al año si tuviésemos seguridad social propia?

¿Quién puede defender que el "Ministerio de Cultura" haga un gasto anual por cada español de 47€ y por cada catalán sólo de 5€?

¿Quién querría viajar con el 40% de los trenes construidos por el Estado durante la década de los 70 que se consideraron obsoletos y que aún circulan por Catalunya, mientras que Madrid sólo tiene el 4%?

¿Quién no querría ver a su país 7 veces más rico como dijo el Premio Nobel de Economía Aplicada en la UB el pasado mes de mayo?

¿Quién puede defender que 1 de cada 3 años el Ministerio de Fomento no invierta nada de nada en Catalunya?

¿Quién quiere, pese a ser catalán y sentirse español, que cada año nos roben 20.000.000.000 de euros (11% del PIB), siendo así la región del mundo que sufre más déficit por parte de su gobierno? ¿Realmente sentirse español en Catalunya compensa eso?

Como residente en Catalunya, ¿quién puede tolerar que por cada 12,7 millones de euros que se invierten en medio-ambiente en el aeropuerto de el Prat, se inviertan 300 millones al de Barajas?
Por muy españolista que uno sea en Catalunya ¿se puede defender que entre 1985 y 2005 sólo se hayan construido en Catalunya 20km de autovías mientras que en Madrid se hagan cerca de 900 en idéntico periodo? ¿Se puede aceptar y no protestar cuando en Catalunya sólo se invierte un promedio del 12% del PIB español anual pese a aportar el 22% del mismo PIB español?

¿Se puede aceptar el agravio que hemos sufrido con el AVE? En Catalunya, por el AVE, el gobierno invirtió 316€ por catalán, pero en el mismo año invirtió 1.198€ por andaluz, 894€ por madrileño,574€ por aragonés y 407€ por castellanomanchego.

¿Se puede aceptar pagar peajes y más peajes?
Con la dependencia de Catalunya con respecto a España nosotros los catalanes, independientemente de si nos sentimos españoles o catalanes, estamos perdiendo la oportunidad de vivir mejor. Estamos perdiendo la oportunidad de dar un futuro mejor a nuestros hijos.

España es un mal negocio a nivel cultural pero sobre todo a nivel económico, y lo es porque tratar a Catalunya como una colonia forma parte del Leit motiv" español.



David García, La Vanguardia 18/11/2010

domingo, 30 de octubre de 2011

La alegría de ser tú mismo

“Muchos quieren cambiar el mundo, que el mundo cambie. Pero no empiezan por donde únicamente pueden empezar: cambiarse a sí mismos. Es el único camino. Los demás caminos son evasiones de ese reto que tenemos todos de ser hoy mejores que ayer para que el mundo también mejore. (…)

Ser uno mismo es el mayor reto que tenemos en nuestra vida. Tenemos dos opciones: o vivir como personas con libertad interior o vivir manipulados, ajenos a nosotros mismos. (…) ¿Eres por lo menos consciente que estás amenazado constantemente por los condicionamientos de tu educación, propaganda, creencias, tradiciones, ideologías…? (…) No seas como un conjunto de espejos que reflejan lo que los demás esperan de ti para recibir el aplauso y la satisfacción de verte bien aceptado por los demás. Sé tú mismo. (…)

¿Cómo pretendes decir que conoces a tu familia y a la gente si no te conoces a ti? Si te conoces superficialmente, también superficialmente conocerás a tu familia y a los demás. Y los problemas también los conocerás en la superficie y las soluciones también serán superficiales. Y el mal permanecerá sin resolver y sin cambiar en el fondo. (…)

En tu interior hay desorden, quizás. Pero ningún monstruo. No tengas miedo a entrar dentro de ti. No tengas miedo de conocerte. (…) Lo primero es conocerte, comprenderte, aceptarte y amarte. Si no te aceptas tú, ¿quién te va a aceptar? Si no te aceptas a ti, ¿a quién aceptarás? Si no te amas tú, ¿quién te amará? Si no te amas a ti, ¿a quién amarás?”

lunes, 24 de octubre de 2011

La infinita capacidad de ser infeliz

El secreto para estar bien, prosperar en la vida y sentirse realizado, es elegir muy bien "el elemento", que es aquella habilidad o capacidad que tiene cada persona, que ha de tratar de dominar y que ha de hacernos vibrar.
Lo segundo que hay que hacer es llegar a controlar este elemento, lo que sólo se consigue con esfuerzo, trabajando y con muchas horas de dedicación. Lo siento, pero no hay otra manera.
La tercera pieza del puzzle de la felicidad, es arriesgar. No digo a todo riesgo, pero algo hay que arriesgar.

No entiendo la capacidad infinita que tiene la gente para ser infeliz, lo que se explica básicamente por dos motivos: la negativa congénita a cambiar de opinión (y ya no digamos de partido) y lo que denomino como el "código de los muertos", que es la restricción que a veces nos imponemos a la hora de conocer a otras personas y establecer relaciones con ellas.

Cuando veo a las personas tristes les recomiendo simplemente que miren para atrás para que se den cuenta de cómo, gracias en gran medida de la ciencia, ha evolucionado la sociedad, cómo ha mejorado Europa y cuán afortunados somos de vivir este momento.

Europa era siglos atrás un lugar del que se salía corriendo porque era un infierno y en el que había una lucha fratricida y cruel entre los que no tenían nada y los que tenían algo.
Europa, a pesar de todos los problemas, vive ahora un momento idílico, fantástico, por lo que insisto en la necesidad de dejar de pensar en negativo.

"Estamos preocupados por la falta de dinero, pero los grandes problemas que tenemos ahora no son de falta de recursos, sino de conocimiento"

domingo, 2 de octubre de 2011

¿Lo que dices está comprobado?

Algunas personas, cuando hablan, lo hacen con tal convicción que para interrumpir momentáneamente su inacabable discurso suelo preguntarles: “¿Eso qué dices está comprobado?”. Su actitud pasa, en un instante, de un desenfrenado optimismo a una mueca de pocos amigos; ni siquiera se habían planteado que, en la medida de lo posible, las hipótesis que uno adelanta debieran haber sido probadas.

Quiero decir que la mayor parte de las veces, si uno lo pensara, lo mejor sería callarse o, cuando menos, adelantar que lo que iba a decir no estaba totalmente probado. Todo, menos hacer gala de una gran seguridad agresiva al hablar de un tema determinado, no porque hubiera sido sobradamente probado, sino porque esa era su convicción pura y simple.

Tres cuartas partes de la humanidad se pasan la vida recordando en voz alta el talante de sus convicciones; para ellos, no tuvo ninguna influencia sobre la cultura humana la revolución científica; es decir, la sugerencia de que, antes de articular una opinión, lo más correcto era adelantar una hipótesis, intentar comprobarla luego y, si resultaba probado, emitir la conclusión en forma de conocimiento, hasta que otros más tarde demostraran lo contrario.

La dimensión temporal del espacio es uno de los conceptos más complejos; los niños no dominan esta dimensión hasta que tienen casi los cuatro años. Igualito que un gusano, resulta que un niño de tres años ya gestiona la dimensión espacial de ir para adelante y atrás; la de ir de un lado a otro y, finalmente, cuando ha crecido lo suficiente para caerse un día de la cuna, la última dimensión espacial, de arriba abajo.

Ahora bien, está lejos todavía de dominar la dimensión del tiempo; a los tres años sigue sin saber si los Reyes Magos ya han pasado o están a punto de llegar. A los cuatro años –yo lo he descubierto con mis nietas– ya dominan perfectamente las tres dimensiones espaciales y la cuarta del tiempo. Pues bien, el más renombrado de los científicos, Isaac Newton, declaró, porque creía haberlo demostrado irrevocablemente, que el tiempo era absoluto en el sentido de que era idéntico para todo el mundo. Ya podía uno ponerse como se le antojara que el tiempo seguía siendo lo que era, hiciera uno lo que hiciera. Otro científico no menos reconocido universalmente como el gran sabio de Occidente Albert Einstein descubrió, y pudo comprobar, que el tiempo era relativo; que dependía de la velocidad a la que iba uno y de la masa gravitatoria que lo envolvía. El tiempo no era absoluto.

Tres cuartas partes de la humanidad no se han parado a pensar si se han comprobado o no cosas mucho más sencillas que la naturaleza del tiempo. Comparado con la complejidad de la dimensión temporal –que no hemos tenido más remedio que cambiar a raíz de comprobar que no era absoluta, sino relativa–, resulta mucho más sencillo comprobar de quién es la culpa del elevadísimo índice de paro entre los jóvenes, por qué los electores han cambiado de parecer con relación al pasado, cuáles son las motivaciones concretas de nuestro endeudamiento exterior, las causas que pueden adjudicarse a defectos de las políticas inmobiliarias o de las deficiencias de las políticas de prevención y previsión en la tragedia de Lorca. Es incomparablemente más fácil detectar las dimensiones apuntadas que descubrir la compleja dimensión temporal.

Tres cuartas partes de los ciudadanos, sin embargo, se obstinan en aducir su pertenencia al sector público, o a la empresa privada, o alguna convicción que sustentan desde que eran pequeñitos –“yo siempre he pensado…”–, dicen, como si esto tuviera más fuerza y mereciera más respeto que lo probado y comprobado mil veces.

martes, 27 de septiembre de 2011

Janusz Korczak

Tal vez sería mejor cambiar los hábitos del mundo y hacer del hábitat humano un lugar más hospitalario para la dignidad humana, de modo que el ingreso a la vida adulta no comprometa la humanidad de los niños. El joven Hen-ryk Goldszmit compartía las esperanzas de su siglo y creía que cambiar los abominables hábitos del mundo estaba en poder de los seres humanos, que era una tarea factible y viable. Pero con el correr de los años, a medida que las pilas de víctimas y los “daños colaterales”, provocados tanto por las malas intenciones como por las intenciones nobles, crecieron hasta el cielo, y a medida que la necrosis y putrefacción de la carne, que suele ser también el destino de los sueños, dejaban cada vez menos espacio a la imaginación, esas elevadas esperanzas perdieron toda credibilidad. Janusz Korczak conocía perfectamente la incómoda ve rdad que tampoco Henryk Goldszmit ignoraba: que no existen atajos que conduzcan a un mundo hecho a la medida de la dignidad humana, dado que es improbable que “el mundo que existe realmente”, construido cada día por gente ya despojada de su dignidad y desacostumbrada a respetar la dignidad humana de los otros, pueda reconstruirse según esa medida .

En nuestro mundo, la perfección no puede imponerse por ley. No es posible imponer la virtud y tampoco se puede convencer al mundo de que adopte una conducta virtuosa. No podemos hacer que el mundo sea amable y considerado con los seres humanos que lo habitan, ni que se adecue a los sueños de dignidad que anhelamos. Pero hay que intentarlo. Y uno lo intenta. Lo intentaría, al menos, si uno fuera el Janusz Korczak que surgió de Henryk Goldszmit. ¿Pero cómo intentarlo? Un poco como los visionarios utópicos a la vieja usanza, que, tras haber fracasado en su intento de lograr la cuadratura del círculo de seguridad y libertad dentro de la Gran Sociedad, se convirtieron en diseñadores de comunidades cercadas, centros comerciales y parques temáticos… Pero en nuestro caso, lo intentamos protegiendo la dignidad con la que nace todo ser humano de ladrones y estafadores que pretenden robarla o distorsionarla o mutilarla, y emprendiendo esa labor de protección de toda una vida cuando aún hay tiempo, durante los años de dignidad de la infancia. Trataríamos de cerrar el establo antes de que el caballo se desboque o sea robado.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Atlantia

Durante miles de años, los seres humanos hemos podido disfrutar del mejor regalo que los dioses dieran jamás a ningún ser vivo: la brisa, el viento, el hermano Sol y la hermana Luna, campos y praderas donde ver crecer a nuestros hijos, amaneceres bañados con el perfume que estornudan las flores en primavera, puestas de sol decoradas con los sueños aún por conseguir y, aunque parezca mentira, inteligencia. Pero el hombre blanco despreció aquel tesoro, y a medida que la vida le sonreía, él le contestaba dando patadas al destino.

Si alguien lee esta carta, no olvide que el fin de esta civilización se debió al egoísmo, codicia e incultura de la raza humana. Los hombres ya no somos mamíferos, el ser humano se convirtió en depredador; la raza humana somos simplemente un virus, matamos, crecemos y nos multiplicamos.

Por eso nos extinguimos, por eso las aguas se tragaron nuestra civilización: la verdadera atlántida éramos nosotros. Y por eso dejo escrita esta nota, para formas de vida inteligente venideras.


Cuando los hombres escupen al suelo...
...se escupen a sí mismos.

miércoles, 31 de agosto de 2011

"Mientras no elijas, aún tienes la posibilidad de poder hacer lo que quieras"

¿Qué unión entre hechos aislados han provocado que naciésemos en un momento y lugar determinado, que conozcamos a esa persona y no a otra, que amásemos a alguien en concreto o que muramos en uno u otro momento? ¿Cuántos factores ajenos a nosotros condicionan nuestra vida? Todo esto se reduce a una gran cuestión, ¿Somos dueños de nuestro destino?, y a partir de esta premisa, ¿no da la impresión de que al elegir un camino, cierras muchos otros?, Pero... ¿Por qué tener que elegir?

Todos hemos sentido curiosidad por saber aquello de “¿Y qué hubiera pasado si...?” Mr. Nobody, un niño de 9 años que predice el futuro, decide no elegir y vivir las 3 posibles vidas fruto de una decisión que marcará su vida; vivir con su padre o con su madre. 3 posibles vidas fruto de, a priori, una decisión, pero … ¿Realmente esas vidas son fruto de esa decisión o es todo cosa del azar?

Increíble manera de narrar una vida que son muchas, como todas las nuestras, que podrían haber sido ésta y otras diferentes, una sublimación del auténtico sentido de las cosas, colocándonos a todos delante de un espejo infinito, donde aparecen todos nuestros "yo", lo que somos, lo que podríamos haber sido… y lo que vamos a dejar de ser.

Una película que merece la pena ser vista dos veces para entender todo lo que plantea, las posibles vidas de “Mr. Nobody” ha conseguido tenerme más de dos horas sentado frente a la tele, lo que le da más mérito teniendo en cuenta que no acabo de ver el 70% de las películas que empiezo. Una recomendación.

lunes, 22 de agosto de 2011

Porque todo ya está gris a pesar de lo vivido

Diecisiete años de vida, mucho tiempo por delante
muchas cosas que cambiar, caminar siempre hacia delante
me he portado mal con muchas personas
porque haciendo todo bien nunca nada me funciona
porque quiero ser feliz y nadie me ayuda a estarlo
porque cambiando de vida sigo hoy desconfiando
de la gente, de todo lo que dicen
será porque lo que cuentan en mi cabeza no existe
porque vivo

¿por qué hemos de sufrir?
porque nunca nadie me entiende
¿por qué coño soy así?
porque me dejas, si luego siempre pierdes
porque me quejo de todo
porque nunca tengo suerte como todos
nunca merecí nada y no lo tuve la verdad
aunque me partí la cara por tenerte
por estar a tu lado

porque portándome mal siempre tu me has ayudado
estoy cansado de vosotros de vuestra forma de ser
porque te fuiste tan lejos y volviste a aparecer
dando esperanzas, dándome esa ilusión que con tan poco
esfuerzo obtuve
solo con mirar a vos lo tenía todo y nada me faltaba
en tu pecho este pulmón que sin aire respiraba
y lo sabía no me digas porque
solo sé que aquel día te fuiste
y que no lo entenderé

porque me pasa a mi todo lo malo
porque amigos verdaderos
siempre prometen en vano no lo entiendo
la amistad de qué sirve
si cualquier día no estás
todo lo bueno se extingue
es invisible
para ciertas personas
no creais en el amor
porfavor nunca funciona

Porque todo
porque la vida es dura
porque no existe el amor
porque las cosas no duran
porque duelen, casi todos los golpes
porque es cierto y es verdad
que mi corazón se esconde
porque sigo
¿porque tantos porqués?
porque esa rosa que creció
se marchitó y volvió a crecer
¿por qué lo intento? si nunca lo consigo
porque finjo estar feliz
porque coño, ¡sigo vivo!

porque la espera
que nos esperará
que alguien me diga mi futuro
que me diga que vendrá después de todo
un amargo sabor, una conciencia intranquila
fruto de aquel desamor
¿por qué seguir? cuando nadie te espera
porque no acabar con todo y pensar de otra manera
que me expliquen, de qué sirve la vida
porque vivir y morir

¿por qué estabas confundida?
no lo entiendo, por más que me pregunto
porque mi cama esta triste
y al recordar te rebusco en el pasado
algo que este en mi mente
algo que con ilusión me haga vivir el presente
que me saque de mi cárcel y me dé una explicación
porque al escuchar tu nombre todo es de otro color
porque me muero y moriría por ti
porque al escribir esto en folios oigo a mi pecho latir
¿que será todo, y cuando acabara?
porque tantas promesas rotas que se curan de verdad
siempre se rompen se mandan al olvido
porque todo ya esta gris a pesar de lo vivido

lunes, 15 de agosto de 2011

Católicos contra ateos

Los que han compartido charlas sobre religión conmigo ya saben de mi total escepticismo en estos temas, es más, me río de todo aquel que esté convencido de su religión o de su ateísmo e invito a que me intenten convencer de la movida que tienen en la cabeza. Muchos lo han intentado y he de reconocer que me he echado unas risas a su costa, es lo que tienen los cerebros limitados y soberbios que creen saber la verdad de algo que, después de miles de años, nadie ha conseguido averiguar. Y yo tampoco voy a descubrir nada ahora.

Humildemente, después de haber estado 12 años en un colegio del opus y en 3 clubs juveniles también de la obra (actualmente sigo en uno) y con infinidad de conocidos y amigos de los dos “bandos” (por llamarlo de alguna manera) puedo afirmar que no tengo ni puta idea de si la religión hace bien o corrompe, de si es conveniente o innecesaria, o si te hace bueno o gilipollas. Yo solo sé que duermo con la consciencia tranquila; tengo la mente suficientemente abierta como para poder escuchar, comprender e incluso pertenecer a movimientos religiosos y anticatólicos.

Es un lujo esto de vivir sin prejuicios, aprendo mucho de todo el que me rodea, vivo tranquilo, feliz y disfruto de “lo religioso”. Incluso me permito la licencia de criticar y meterme con todos aquellos que llevan las banderitas colgadas de “católico” o “ateo”. Sí, estos que hablas con ellos y se pueden definir en pocas palabras: “católico practicante y contribuyente” o “ateo que se la sopla”. Pues vaya, como tú hay muchos iguales, yo prefiero no pertenecer a ninguna ideología, ser capaz de pasármelo exactamente igual de bien con cualquiera de las dos y, en definitiva, pasar a formar parte de ese grupo de personas que son “la ostia”. Somos raros y pocos, algunos lo llaman hipocresía, pero te juro que disfrutamos de la vida.

martes, 2 de agosto de 2011

L'obligació de no ser imbècils (Part 2)

"Hi ha imbècils de diversos models, per triar:

a) El qui creu que no vol res, el qui diu que tot li és igual, el qui viu en un perpetu badall o en migdiada permanent, encara que tingui els ulls oberts i no ronqui.

b) El qui creu que tot ho vol, el primer que se li presenta i el contrari del que se li presenta; anar-se'n i quedar-se'n, ballar i estar assegut, mastegar alls i fer petons sublims, tot a la vegada.

c) El qui no sap què vol ni es preocupa d'esbrinar-ho. Imita el que volen els seus veïns o els porta la contrària perquè sí, tot allò que fa és dictat per l'opinió majoritària del que l'envolten: és conformista sense reflexió i rebel sense causa.

d) El qui és conscient de voler i sap allò que vol i, poc o molt, sap per què ho vol però ho vol fluixet, amb por o amb poca força. Al cap i a la fi, acaba sempre fent allò que no vol i deixant allò que vol per demà, a veure si aleshores està més entonat.

e) El qui vol amb força i ferocitat, amb posat bàrbar, però s'ha enganyat a si mateix sobre el què és la realitat, es despista enormement i acaba confonent la bona vida amb allò que el farà pols.


Sento dir-te que el imbècils acostumen a acabar malament, cregui el que cregui l'opinió popular."


Ética de Fernando Savater, qué razón tienes viejo!

jueves, 28 de julio de 2011

L'obligació de no ser imbècils (Part 1)

"Saps quina és l'única obligació que tenim en aquesta vida? Doncs la de no ser imbècils. La paraula imbècil és més substanciosa que no sembla, no et pensis. Ve del llatí "baculus", que significa "bastó"; l'imbècil és aquell que necessita bastó per caminar. Que no s'enfadin amb nosaltres el coixos ni els vellets, perquè el bastó al qual ens referim no és el que es fa servir molt legítimament per ajudar a aguantar-se dret i a fer passets a un cos sotraguejat a causa d'algun accident o de l'edat. L'imbècil pot ser tan àgil com es vulgui i fer bots com una gasela olímpica, no es tracta d'això. Si l'imbècil va coix no és dels peus, sinó de l'ànima; el seu esperit és denerit i rancallós, encara que el seu cos faci unes tombarelles fora mida. Hi ha imbècils de diversos models, per triar:"[...]


Buen libro de un buen filósofo, por fin algo que ha conseguido despertarme la cabeza :)

lunes, 20 de junio de 2011

El cambio

"Cuando hablo del cambio, no hablo de que el mundo haya cambiado. Cambiar el mundo es imposible. No trates de cambiar el mundo, intenta darte cuenta de la realidad. ¿Y cual es la realidad?
Que no hay mundo, que en realidad cuando el mundo cambia, el que cambia eres tú.

Yo soy el que soy. No soy mejor de lo que era antes, tampoco peor. Mejor y peor son sólo palabras. Simplemente he aprendido a mirar y mirarme a mismo desde otra perspectiva. He cambiado el mundo porque he entendido que no hay cuchara. Y entonces lo he entendido todo. Soy feliz, estoy en paz."

jueves, 17 de marzo de 2011

mentiras

Ya estoy de vuelta, después de casi 2 meses sin publicar nada. El caso es que los ratos que dispongo para trotes de este estilo han ido disminuyendo a medida que avanzan los meses, y no sabría decir por qué...

Cuando decido tener estos momentos miro una página que me nutre de tonterías muy interesantes. Es alucinante, nada más entrar veo ante mí cientos de publicaciones sobre temas que me llaman a pasarme horas y horas dándoles vueltas, y hoy he caído en uno que me apasiona: la mentira. 
La entrada del blog es mucho más extensa, pero ha habido un cacho que podría llevar perfectamente mi firma porque me siento reconocido con cada palabra que dice.

"Si hay algo que no soporte, si hay algo que me encienda, si hay algo ante lo que he decidido mostrarme altamente inflexible e intransigente, es ante el engaño. Me esfuerzo todos los días en ser honesto, en explorarme sin tapujos, en encontrar dentro de mí más y más morralla que ni siquiera sé qué significa, en explicar detalladamente lo que creo que me sucede y en pedir claramente lo que necesito. Es un trabajo ingente que no termina nunca, que me exige coraje y que me expone a todo tipo de calificativos. Tengo que lidiar en el mundo que me rodea con una enorme resistencia por el mero hecho de decir las cosas como las veo y como son para mí, así que me creo en el derecho de exigir reciprocidad. En cada momento de mi vida necesito tomar decisiones importantes sobre cómo utilizar mi tiempo y mis energías, y preciso disponer de información clara y exacta sobre todo lo que me rodea, especialmente de las personas con las que trato. Si no eres honesto conmigo, tú y yo tenemos poco que hacer."




Algún día de estos espero publicar una entrada sobre un pequeño y humilde estudio que quiero hacer sobre la música y su relación con la nostalgia. Si alguien me pudiera recomendar algún escrito sobre el tema (no muy largo) le estaría agradecido. 

lunes, 31 de enero de 2011

Es lo que toca

Época de exámenes, época en la que (mis) neuronas dejan su actividad creativa para dar paso a memorizar párrafos cuyas asignaturas son en su mayoría completamente inútiles. Pero hoy he decidido no hacer lo que debería estar haciendo, no hacer “lo que toca” por lo menos durante media hora, que la voy a dedicar a mí, concretamente a mi blog.

El concepto de hacer lo que toca es algo que nunca he entendido, y creo que me va a costar mucho tiempo llegar a entender. Una cabeza tan desordenada y rebelde como la mía no es capaz de asimilar que haya una imposición de algo que hacer en cada momento, una regla general que dictamine hasta donde tu libertad puede elegir lo que hay que hacer o lo que no. Un ejemplo: 
En la misma situación dos personas distintas pueden decir, una que toca estudiar, y la otra que toca descansar. O más fácil todavía, una que en un determinado momento de su vida que lo que toca es casarse y otra que lo que toca es dejar a su pareja, o que toca comprarse un piso en vez de seguir ahorrando, o que hay que ponerse a trabajar en vez de estudiar, o que toca irte de casa en vez de estar aguantando a tus padres.
¿Qué es verdaderamente lo que toca hacer? ¿Alguien puede crear una ciencia ciertas sobre estas cuestiones que aseguren que "lo que toca" les va a hacer más felices, que es lo correcto? Como siempre, nos basaremos en lo que nos ha pasado para dictaminar si era lo que tocaba hacer o no, sin pararnos a pensar en lo que habría pasado haciendo lo otro, con lo que mola imaginar... 

La lista puede ser eterna y las alternativas, infinitas, así que de momento tomaré como válido el juicio de hacer que mis sentimientos digan lo que toca hacer. Amigo, haz lo que te dé la gana, pero hazlo bien, y sobretodo, lo que te diga el corazón antes que la cabeza.

Ya ha pasado media hora, la neurona imaginativa se está apagando y ya no da para más, creo que seguiré estudiando historia, la guerra civil, punto 3, la zona insurrecta… es lo que toca