lunes, 25 de octubre de 2010

Eres un artista

Piérdete en tu mente. Aprende a mirar a los animales. Planta jardines imposibles. Invita a alguien a tomar un café, habla con él. Haz amigos con libertad e incertidumbre, ¡no te pierdas conocer a nadie! Haz pequeños carteles que digan “SÍ” y pégalos por toda la casa. Optimismo. Busca sueños, llora con las películas. Baila, escucha música a las 4 de la mañana. Da igual la hora, mañana será otro día. Siente la música. Siéntete músico, crea música. Cree en la magia. Ríete, ríete mucho, no pares de reír. Cultiva estados de ánimo. Rechaza la obligación, el “ser responsable”. Haz las cosas por amor. Si estás cansado, descansa, no te agobies. Regala cosas a la gente, algún día ellos te las regalarán  a ti. Alégrate de ser como eres, hay gente que le gustaría estar en tu situación, pero no caigas en el conformismo, supérate. Sal de noche. Ten una imaginación salvaje, sueños imposibles. Vuela. Escribe algo… dibuja en las paredes. Lee todos los días. Imagínate a ti mismo mágicamente. Ríete con los niños. Escucha a la gente mayor. Ábrete. Lánzate, sé libre. Bendícete. Manda lejos al miedo. Juega con todo. Haz disfrutar a tu niño interno; eres inocente. Construye un fuerte con sábanas. Mójate. Abraza árboles. Escribe cartas de amor. Sal corriendo. Hazlo, AHORA.


"Eres un artista, tienes todos los requisitos que se le pide a un artista para que lo sea, pero te empeñas en no querer serlo. Potencia tu vena artística, porque no puedes desperdiciar algo así"

miércoles, 20 de octubre de 2010

Gilipollez humana

No entiendo a la gente. Tampoco me entiendo a mí mismo, por lo que intento fijarme en los demás para tratar de entenderme. De momento me ha servido de algo.

Abro los ojos y lo primero que veo es gilipollez, completa gilipollez. Me entran ataques de mala ostia, no lo puedo evitar, aunque poco a poco voy recuperando el buen humor.

A diario escucho frases muy parecidas, casi idénticas, como si a todos les hubiese picado el mismo bicho.
“¿Ostia no te han contado aún lo que le dijo? Yo aún sigo flipando…
Ese es el telón de fondo del 80% de las conversaciones que desgraciadamente escucho, y ya me empiezo a cansar. ¿Te ha pasado algo bueno ayer? ¿La semana pasada? ¿El último mes? Cuéntamelo hombre…

No te creas que yo tampoco lo hago, también tiro mucho tiempo quejándome.

Estoy en clase de Historia, luego oigo a un señor que me trata de convencer durante una hora del bien de Dios, llego a casa y me pongo a leer a un científico que afirma que los hombres venimos de los monos, y el mono del pez, y el pez de su puta madre.
El científico está convencido que hace miles de años éramos monos, el de Dios me dice que somos un diseño inteligente (sea lo que sea inteligente) tal cual puesto en la tierra. Ambos intentan convencer a esas mentes débiles que aún no saben de qué va el tema. A mí, que me dejen en paz. Mientras, el de Historia disfruta hablando de un hombre que murió hace 48 años.

Lo curioso de todo esto es que parece que nos pasemos más tiempo hablando de dónde venimos que a dónde vamos. Nos preocupa más la “verdadera Historia” que de escribir nuestra propia historia. Pues oiga, de lo poco que entiendo, sé que la Historia la escribieron los vencedores, y los perdedores no pudieron escribir mucho, más que nada porque solían perder la vida. Cosas de la guerra. Lo único que me ha quedado claro es que fuimos unos bestias.

Generalmente no sabemos lo que queremos, yo tampoco. No sé por qué me apasiona John Stuart Mill, no sé por qué escribo esto y ni siquiera sé por qué coño te has metido a leer esto.


Gracias, Gonzo

jueves, 14 de octubre de 2010

La inteligencia que no miden los test.

Es una observación común que muchas de las personas que han levantado una gran fortuna desde la nada no eran precisamente unos genios en el colegio. Jefes de bandas, actores, músicos, líderes sindicales y una infinidad de casos, fracasaron en la escolaridad y poco después comenzaron a triunfar en la vida. Arriesgaría a decir que su fracaso estaba irremediablemente unido a ese triunfo.

Si a esas personas se les realizara un test de inteligencia, cabría la sorpresa de ver como muchos de ellos presentan un resultado francamente bajo con lo que cabía esperar de ellos. No tienen una inteligencia "académica" que les haga triunfar en el colegio, es más, se pueden considerar como auténticos fracasados (palabra con la cual se tilda a todo aquél niño que repite curso o no tiene un rendimiento bueno)
Sin embargo, ninguno dudaría en afirmar que son verdaderos superdotados en otros aspectos, disfrutan de esa "otra inteligencia" que les hace triunfar en la vida.
Einstein, Picasso, Mozart, hermanos Gallagher, Tarantino, Da Vinci, William James...

Los test desde siempre han sido ese sabelotodo que curiosamente te dice para lo que vales, si vas a triunfar, o sentenciando; si sin estudios no vas a ir a ningún lado. Me parece muy desacertado sentenciar a alguien porque un simple test haya dicho que no vas a valer para la vida o que el tuyo no debe ser un trabajo intelectual.

Los test, en definitiva, nunca sabrán ver esa verdadera estrella que hay dentro de nosotros.

(continuará)

lunes, 11 de octubre de 2010

Follando a los 12


Suiza sacará a la venta condones para niños de 12 años. La excusa que ponen es que los niños a esa edad no están correctamente protegidos, vamos, que van a hacerles un bien para que no tengan problemas de embarazos ni ETS a esa edad, sí, a los 12 años.
Lo que me parece más lamentable, más allá de que saquen esto a la venta, es que encima traten de excusarlo con que van a hacer un favor a la sociedad. ¡Vete a la mierda tio, te estás cargando la infancia! 

Primero me pensé que la culpa era de esta empresa por sacar el producto. Luego miré en una encuesta. El 65% de la gente estaba a favor, por contra solo el 35% no lo veía bien. Me imagino que ese 65% serán todo niñ@s de 12 años que están encantadísimos con esta noticia, porque si son los propios padres los que están a favor... Más educación sexual y menos empresas, que estamos creando una sociedad de mierda.

La primera conclusión que saco después de todo esto es que el mundo se está volviendo loco. Hemos llegado a un extremo en el que los niños de 12 años ¿necesitan? unos condones a su medida para que puedan follar agusto. La empresa ganará dinero, los niños poco a poco irán perdiendo su infancia y poco a poco se irán banalizando temas tan importantes como el sexo. Dentro de poco, con 10 los niños se preocuparán de ver con quien follan este finde y no de jugar a fútbol, conseguir la colección de cromos o ir a casa de fulano a jugar al FIFA.

Y sobretodo, no hablemos de amor, que eso en el siglo XXI vende poco. Lo que vende son relaciones temporales, líos entre parejas, cuernos, sexo, más cuernos, más sexo, y si no, enciende la tele y compruébalo tú mismo.

El mundo se está volviendo loco, ¿o somos los locos los que nos damos cuenta?

domingo, 3 de octubre de 2010

El secreto de la vida

Columbine: ¿De quién es la culpa?

Es triste pensar que las primeras personas en la tierra no necesitaron ningún libro, películas, juegos o música para inspirar el asesinato a sangre fría. El día en que Caín aplastó a golpes los sesos de su hermano Abel, la única motivación que necesitó era su propia disposición humana a la violencia [...]

[...] El nombre Marilyn Manson nunca ha celebrado el triste hecho de que América pone a los asesinos en la portada de la revista Time, dándoles tanta notoriedad como a nuestras estrellas de cine favoritas. De Jesse James a Charles Manson, los medios de comunicación, desde su principio, ha convertido a los delincuentes en los héroes populares. Ellos simplemente crearon otros dos nuevos cuando enyesaron las fotos de esos mierdas de Dylan Klebold y Eric Harris en las portadas de cada periódico. No te sorprendas si cada niño que es zarandeado tiene dos nuevos ídolos.

Aplaudimos la creación de una bomba cuyo solo propósito es destruir toda humanidad, y crecimos viendo los sesos de nuestro presidente esparcidos por Texas. Los tiempos no se han vuelto más violentos. Se han vuelto más televisados simplemente. ¿Alguien piensa que la Guerra Civil fue mínimamente 'civil'? Si la televisión hubiera existido, puedes estar seguro de que ellos habrían cubierto la noticia, o quizá incluso participado en ella, como en su violenta persecución del automóvil de la princesa Di. Buitres repugnantes que buscan carroña, explotando, jodiendo, filmando y sirviéndolo para nuestros apetitos hambrientos en un despliegue glotón de estupidez humana interminable.

Cuando se trata de averiguar a quién culpar por el asesinato en la escuela secundaria en Littleton, Colorado, tira una piedra y pegarás a alguien que es culpable. Nosotros somos las personas que se sientan de espalda y toleran a niños que poseen las armas, y nosotros somos los que sintonizan y miran los detalles de última hora de lo que ellos hacen con ellas. Pienso que es terrible cuando cualquiera se muere, sobre todo si es alguien que conoces y amas. Pero lo que es más ofensivo es que cuando estas tragedias pasan, la mayoría de las personas realmente no se preocupan más que lo que lo hacen por ver el último capítulo de su serie favorita. Yo me quedé mudo cuando vi que los medios de comunicación serpenteaban hasta llegar al centro de los hechos, sin perder una lágrima, entrevistando a los padres de niños muertos, televisando los entierros. Entonces vino la caza de brujas.

El mayor miedo del hombre es los caos. Era inconcebible que estos niños no tenían una razón simple y clara para sus acciones. Y se necesitaba un chivo expiatorio. Recuerdo haber oído los informes iniciales de Littleton: que Harris y Klebold llevaban maquillaje y se vestían como Marilyn Manson, a quien ellos deben rendir culto obviamente, dado que ellos se vistieron de negro. Claro, la especulación tiró bolas de nieve para hacerme el personaje de cartel de todo lo malo que hay en el mundo. En realidad, esos dos idiotas no iban maquillados, y no se vistieron como yo o como los punks siniestros. Dado que la Norteamérica del Centro no ha oído hablar de la música que ellos escucharon (KMFDM y Rammstein, entre otros), los medios de comunicación escogieron algo que ellos pensaron que era similar.

Los periodistas responsables han informado con menos publicidad que Harris y Klebold no eran fans de Marilyn Manson y que ellos detestaban mi música. Aún cuando ellos fuesen fans, eso no les da ninguna excusa ni significa que la música es culpable. ¿Hemos buscado la inspiración de James Huberty cuándo cazó con escopeta a las personas en el McDonald? ¿A Timothy McVeigh qué le gustaba mirar? ¿Y a David Koresh, a Jim Jones? ¿Piensas que algún espectáculo inspiró a Kip Kinkel, o más bien debemos culpar el hecho de que su padre le compró las armas que él usó en los asesinatos de Springfield, Oregón? ¿Qué inspira a Bill Clinton para bombardear a personas en Kosovo? ¿Era algo que Monica Lewinsky le dijo? ¿Matar no es matar, indistintamente si es en Vietnam o Jonesboro, Arkansas? ¿Por qué justificamos algunas muertes, sólo porque parece ser por las razones correctas? ¿Debe haber algo parecido a una razón correcta ? ¿Si un niño es bastante mayor para manejar un automóvil o comprar una arma, no es bastante mayor para ser tenido por personalmente responsable de lo que hace con su automóvil o arma? ¿O si él es un menor, debe alguien más mayor ser culpable porque él no es tan inteligente como alguien mayor de 18?

América ama encontrar un icono para colgarle su culpa. Pero yo, reconocidamente, he asumido el papel de Anticristo. Yo soy la expresión de la individualidad de los años noventa, y las personas tienden a asociar a cualquiera que parece distinto o se comporta diferentemente con lo ilegal o la actividad inmoral. En lo más profundo, la mayoría de los adultos odia a las personas que van en contra del trigo común. Es cómico que las personas sean tan ingenuas como para haberse olvidado de Elvis, Jim Morrison y Ozzy tan rápidamente. Todos ellos se enfrentaron a los mismos argumentos seculares, a la crítica y al prejuicio. Yo escribí una canción llamada "Lunchbox," y algunos periodistas lo han interpretado como una canción sobre las armas. Irónicamente, la canción versa sobre ser atacado y defenderse con una 'caja de almuerzo' de Kiss, que yo usé como una arma en el patio de recreo. En 1979, se prohibieron las cajas de almuerzo de metal porque fueron consideradas armas peligrosas en las manos de delincuentes. También escribí una canción llamada "Coje tu Gunn". El título se deletrea con dos enes porque la canción era una reacción al asesinato del Dr. David Gunn, que fue matado en Florida por los activistas pro-vida mientras yo estaba viviendo allí. (Nota: Gun -con una ene- es 'pistola'.) Ésa era la mayor y definitiva hipocresía que yo presencié en mi juventud: que estas personas mataron a alguien en el nombre de la idea "pro-vida."

Los mensajes algo positivos de estas canciones normalmente son los que los sensacionalistas malinterpretan como instigadores de las mismas cosas que yo estoy desacreditando. Ahora mismo, todos estamos pensando en cómo se pueden prevenir las cosas como Littleton. ¿Cómo previenes el sida, la guerra mundial, la depresión, los accidentes de tráfico? Nosotros vivimos en un país libre, pero con esa libertad hay una carga de responsabilidad personal. En lugar de enseñarle a un niño lo que es moral e inmoral, el bien y el mal, en primer lugar podríamos aclarar lo que son las leyes que nos gobiernan. Siempre puedes escapar del infierno no creyendo en él, pero no puedes escapar de la muerte y no puedes huir de la prisión.

No es una sorpresa que los niños estén creciendo más cínicos; ellos tienen mucha información ante sí. Pueden ver que ellos están viviendo en un mundo que está hecho de mierda. En el pasado había siempre una idea de que podrías girar y correr y salir bien. Pero ahora América se ha vuelto un centro comercial grande, y debido a Internet y toda la tecnología no hay adónde correr . Las personas son iguales por todas partes. A veces la música, las películas y los libros son las únicas cosas que nos permiten sentir que otras personas sienten lo mismo que nosotros. Yo siempre he intentado hacer saber a las personas que es bueno, o mejor, si no encajas en el programa. Usa tu imaginación: si un cafre de Ohio puede ser algo en la vida, ¿por qué no alguien con más fuerza de voluntad y creatividad?

Yo escogí no meterme en el frenesí de los medios de comunicación ni defenderme, aunque me rogaban que estuviera en cada uno de los programas de TV que existen. Yo no quise ayudar a esos periodistas trepas y eses oportunistas que quieren llenar sus iglesias o ser elegidos gracias a su virtud de señalar con el dedo. ¿Ellos quieren culpar al mundo del espectáculo? ¿No es la religión el primer espectáculo real? Las personas se ponen elegantes, en sus trajes, cantan las canciones y se dedican a ser fans eternos. Y hablando de política, todos estaremos de acuerdo en que nada fue más espectáculo que Clinton, que primero dispara su polla y luego sus bombas. Y todas las noticias... ¿Hay que culpar al espectáculo entonces? Me gustaría que los comentaristas de los medios de comunicación se lo preguntaran, porque su cobertura del evento era el espectáculo más repugnante que cualquiera de nosotros haya visto.

Pienso que la Asociación Nacional del Rifle es demasiado poderosa para enfrentarse a ella, así que la mayoría de las personas culpa al juego Doom, a la prensa deportiva o a un servidor. Este tipo de controversia no me ayuda a vender discos o entradas, y tampoco lo quiero. Soy un artista polémico, uno que se atreve a tener una opinión y trata de crear música y videos que desafían a las ideas de la gente en un mundo aguado y vacío. En mi trabajo examino la América en que nosotros vivimos, y siempre he intentado mostrar a las personas que el diablo a quien culpamos por nuestras atrocidades es en realidad cada uno de nosotros. Así que no esperes que el fin del mundo venga como llovido del cielo. Todo esto pasa todos los días desde hace mucho tiempo.

MARILYN MANSON
28 de mayo de 1999

Explotación remunerada

Para millones de españoles hoy es un día triste: mañana vuelve a ser lunes. A primera hora sonará el despertador y se levantarán de la cama a regañadientes para ir a trabajar, entrando en una rueda de la que no saldrán hasta el viernes por la tarde. Y dado que las empresas siguen creyendo que la "gestión tóxica" de sus colaboradores es la más eficiente para multiplicar sus tasas anuales de crecimiento y lucro, para muchos la palabra "trabajo" sigue siendo sinónimo de "obligación", "monotonía", "cansancio", "aburrimiento" y "estrés".
De hecho, la gran mayoría de la población activa española trabaja porque no le queda más remedio. Es una simple cuestión de supervivencia económica. Por medio del control del capital, que se traduce en el pago de salarios a finales de cada mes, las empresas se han convertido en las instituciones predominantes de nuestra era. No sólo condicionan y limitan nuestro estilo de vida, sino que son dueñas de nuestro tiempo y de nuestra energía. Incluso hay quien dice que la esclavitud y la explotación no se han abolido. Tan sólo se han puesto en nómina.
Como consecuencia de este contexto socioeconómico, cada vez más trabajadores detestan su empresa, no soportan a su jefe y odian su profesión. Lo cierto es que muchos están dejando de creer en la felicidad. Basta con ver la cara de la gente por las mañanas en los vagones del metro o en los atascos de tráfico. Algunos sociólogos afirman que padecemos una epidemia de "falta de sentido", lo que a su vez está ocasionando una enfermedad psicológica, más conocida como "vacío existencial". Debido a esta saturación de insatisfacción colectiva ya hay quien nos define como "la sociedad del malestar".
Esta situación es especialmente alarmante en el ámbito de la consultoría, la auditoría y los grandes despachos de abogados. Lo curioso es que se trata de sectores donde, en general, los profesionales han tenido la oportunidad de estudiar en la universidad y de cursar un MBA en alguna escuela de negocios. Y no sólo eso. A diferencia de la mayoría, los jóvenes de entre 22 y 30 años de edad que ahora mismo pueblan los despachos de estas corporaciones han gozado del privilegio de elegir su carrera profesional.
A pesar de trabajar en conocidos edificios de oficinas y de vestir elegantes trajes y corbatas, son sectores profesionales donde la explotación está a la orden del día. En el contrato laboral de estos jóvenes ejecutivos se estipula que el horario es de nueve de la mañana a siete de la tarde, pero normalmente hay tanto por hacer que nadie se marcha antes de las nueve de la noche. En algunos casos, la jornada se alarga hasta las dos de la madrugada. Con el tiempo, muchos se acostumbran, como si no tuvieran alternativa.
Cuando las puntas de trabajo disminuyen, tan sólo los empleados más valientes se atreven a salir a su hora, siendo demonizados por sus jefes y ganándose, además, la desaprobación de alguno de sus compañeros. De ahí que prevalezca el calentar la silla, que consiste en quedarse sentado delante del ordenador haciendo ver que se trabaja hasta que empieza a irse todo el mundo a casa. Como antídoto contra el aburrimiento, muchos navegan y chatean durante esas horas muertas por las redes sociales, entre las que destaca Facebook. Están de cuerpo presente, pero de mente y corazón ausentes.
Otro rasgo en común de este ámbito laboral es la falta de ilusión, de motivación e incluso de interés por el trabajo que se desempeña a lo largo del día. Muchos profesionales reconocen que no saben cuál es su función ni su cometido, y otros, debido al cansancio acumulado, van literalmente arrastrándose por los pasillos. En general, muy pocos creen en lo que hacen. Pero siguen fichando cada lunes. Dado que no han descubierto cuál es su propósito existencial ni su vocación profesional, terminan atrapados en las mazmorras del conformismo y la resignación. No les gusta lo que hacen, pero tampoco tienen ni idea de lo que les gustaría hacer. Y esta falta de dirección y de sentido los mantiene anclados en el malestar.
Eso sí, desde fuera, su profesión es valorada, reconocida y respetada por la sociedad. Sin embargo, esta percepción social no tiene nada que ver con la realidad. Estos jóvenes ejecutivos malviven presos en jaulas de oro. Al no cuestionar su situación, ni atreverse a seguir su propio camino en la vida, son víctimas y verdugos de sí mismos, de sus miedos e inseguridades. Y mientras tanto, en los despachos de arriba, donde habitan los altos directivos que los controlan, hace tiempo que se les bautizó perversamente como "tontos útiles".
Por un sueldo medio de entre 1.100 y 1.800 euros al mes -una miseria en relación con lo que sus empresas cobran a los clientes por sus servicios-, estos jóvenes entregan literalmente su vida a la corporación que representan. Algunos llevan quemados tanto tiempo, que terminan causando baja por depresión, abandonando este tipo de organizaciones por la puerta de atrás. Pero muchos se quedan toda la vida, subiendo un escalón tras otro por una escalera que creen que les conducirá al éxito y, en consecuencia, a la felicidad. Sin embargo, por el camino se pierden a sí mismos.
Desconectados de los valores que nos hacen verdaderamente humanos, finalmente llegan hasta la cima, donde son nombrados socios y remunerados con abultados sueldos. Y desde su nueva posición de poder imponen las mismas nocivas condiciones laborales a sus colaboradores, reproduciendo una cultura organizacional tan destructiva como carente de sentido. Para estos ejecutivos mañana todo volverá a comenzar. Y muchos de ellos, nada más reencontrarse en la oficina, se saludarán de forma breve, pero elocuente:
-¿Cómo estás?
-De lunes. ¿Y tú?
-Con ganas de que llegue ya el viernes.


BORJA VILASECA 14/03/2010